sábado, 31 de enero de 2009

LA TERCERA MUDANZA

Por Henry Nadales (*)
30 de mayo de 2007.

Sufrió muchas dificultades la ciudad de Nuestra Señora de Altagracia de Ticoporo de Pedraza estando en el sitio que actualmente ocupa la población rural de Palmasola, en el municipio Pedraza. Una de ellas estuvo constituida por el acecho de los aborígenes que persistían en sus deseos de desplazar de sus tierras a los invasores y que llegaron en una oportunidad a quemar la mitad de las pocas casas de la pequeña ciudad. Otro serio inconveniente fue la presencia de una múltiple y abundante cantidad de insectos que hacían la vida casi imposible y que probablemente fue la causa de la ocurrencia de la peste de calenturas, que llegaba a producir hasta la muerte de muchas personas. Además como el nivel del terreno donde estaba asentada la ciudadela era más bajo que el del río Ticoporo, se producían frecuentes inundaciones que perjudicaba a los cultivos y en consecuencia era la más de las veces que los alimentos escaseaban de manera dramática.

Tan sólo trece años permaneció allí la pequeña ciudad. Las calamidades hicieron que en el año 1662 el capitán don Alonso Jimeno de Bohórquez, investido con el cargo de Teniente de Gobernador y de Capitán de Guerra de la ciudad de Pedraza decide, con los vecinos, realizar la tercera mudanza de la ciudad el día 18 de septiembre de 1662, a la otra orilla del rió Ticoporo, pero más hacia el norte, a un sitio muy cercano al lugar que hoy ocupa la comunidad de Pintaderas, en el piedemonte andino.

Entonces por razones de salubridad y de orden económico la ciudad de Pedraza fue mudada a un lugar que se suponía sano y con suelos muy fértiles. La rica fuente de agua fresca y cristalina también debió tomarse en cuanta a la hora de determinar el nuevo asiento de una ciudad que ya había ocupado tres lugares distintos en tan sólo setenta años. La tercera mudanza seguramente estuvo llena de muchas esperanzas, tal vez fue una decisión tomada en paz, aunque siempre existió el permanente acecho de los naturales que mantenían en zozobra a los habitantes de la ciudad.

Al día siguiente de ocurrida la mudanza seguramente se definieron los lugares que ocuparían las rústicas edificaciones públicas, como el sitio de la plaza, el templo, las sedes del gobierno y los solares particulares. Se hizo también su diseño geométrico con manzanas de ciento diez pasos y calles de quince. Se realizó ese mismo día un censo de los hombres con expresión militar, que alcanzó a treinta y una personas.

(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.

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