Por Henry Nadales (*)
10 de abril de 2007.
Los de Venezuela no somos los únicos pedraceños del mundo. En otras regiones del globo existen dos pueblos más con el mismo nombre que nuestro municipio. Uno está en Europa y el otro en América; en este escrito se hará referencia al europeo.
El municipio español de Pedraza está ubicado en la provincia de Segovia, en la región de Castilla y León. Es tradicionalmente agrícola y ganadero, pero actualmente su principal actividad económica está relacionada con el turismo.
Pedraza, en España es además el nombre de una villa situada en el piedemonte segoviano, localizada a 37 kilómetros al noreste de Segovia, la capital provincial, y a 80 al norte de Madrid. Posee una población menor a 500 habitantes, que hoy se dedican mayoritariamente a la actividad turística. Pedraza es una romántica villa medieval amurallada, de preciosa arquitectura civil y religiosa; es símbolo de la provincia de Segovia y de España. Tiene un castillo, palacios, plaza mayor porticada, templos, calles estrechas, posadas y restoranes para satisfacer a los que la visitan como turistas.
La villa de Pedraza fue fundada probablemente en el año 1150 de nuestra era, fue repoblada en lo alto de un cerro durante los siglos XI y XII. Desde mediados del siglo XIV fue un dominio señorial, situación que mantuvo hasta comienzos del XIX en que fueron abolidos. Al don Bernardino Fernández de Velasco, Condestable de Castilla y primer duque de Frías, obtener el señorío de Pedraza, mediante una dote matrimonial, Pedraza se convierte en residencia de muchos señores de la poderosa Casa de los Velasco en la última mitad del siglo XV y primera del XVI. Para esa época llegaron ganaderos ricos, ya que su mudanza les otorgaba derecho a que sus ovejas pastaran en los prados pedraceños.
Los siglos XVI y XVII corresponden a los de mayor esplendor de Pedraza, gracias a la afortunada explotación de ovejas y a la existencia de una tupida red de cañadas que facilitó un tráfico ganadero que llegó a controlar tres millones de cabezas. En el siglo XVIII comienza la decadencia, que se acentúa en el XIX como consecuencia de la crisis ganadera. A inicios del siglo XX comienza la despoblación que se agrava por los años cincuenta; causando el abandono de las casas, expuestas a la ruina, que consecuentemente bajaron de precios. Esa situación produjo paradójicamente una reanimación económica, porque esas viejas residencias las compraban inversores turísticos a bajos precios para habilitarlas como restoranes y posadas. Hoy tiene más turistas que ovejas y más posadas que corrales.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
sábado, 31 de enero de 2009
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