Por Henry Nadales (*)
01 de mayo de 2007.
Uno de los primeros pobladores de Sabaneta, pueblecito ubicado a menos de diez kilómetros de la capital del municipio Pedraza, en la parroquia Ciudad Bolivia, es un hombre que nació el 04 de agosto de 1920, en las sabanas del Luislareño, por la vía del caserío Las Peñitas, pasando el río Canaguá, cerca de El Yopito, lugar próximo a Hato Viejo, por donde llaman Mesero y Meserito, del Moraleño para arriba. Domingo Emilio Uzcátegüi Garrido es hijo de la unión de Polo Uzcátegüi y Dominga Garrido, de la que nacieron cinco varones y cuatro hembras; es el nacido en el segundo parto de los nueve que tuvo doña Dominga.
Cuando Domingo Uzcátegüi llegó a Sabaneta, en el mes de julio del año 1940, habían construidas y habitadas once casas. Los primeros vecinos de Sabaneta eran Valeriano Blanco, Ramón Osorio. Lucio Pérez, Pantaleón Sánchez, Santos Rangel, José Isabelino, Narciso Garrido, Serafín Salinas y otros que Domingo ya no recuerda. Al poco tiempo casi todos se marcharon a otros lugares, pero este labriego se quedó para siempre. En un área territorial de aproximadamente veinte hectáreas formó un pueblo integrado por su propia familia. Sus hijos e hijas fueron edificando residencias modestas de palma y bahareque en las cercanías de la suya, sin seguir el diseño geométrico de los pueblos con calles y avenidas. Después sus nietos y nietas también hicieron sus casas allí. Ahora el pintoresco pueblo de Sabaneta tiene veintidós casas y está habitado por residentes que en su totalidad son descendientes suyos.
Domingo asegura que para formar un pueblo con casi exclusivamente familiares suyos Dios le regaló diez hijos, cinco varones y cinco hembras. Sus descendientes directos son José Rodrigo, Juan Bautista, Audelina, Francisca, Vicente, Juan, Eva, Olga, Domingo y Magalis. Sólo Juan Bautista ha fallecido. De ellos, ocho residen en el poblado de Sabaneta. A esta familia numerosa logró darle crianza con lo que producía en un conuco que sigue teniendo al otro lado del río Ticoporo y gracias a la abundante cantidad de animales que cazaba o pescaba por los alrededores. Abundaban los animales para la comida; había chácharos, venados, güires, gabanes, cachicamos, marranos de monte, chigüires, dantas, picures, lapas, conejos, coporos, cachamas y bagres. En el conuco cosechaba arroz, maíz, yuca, ñame, ocumo, caraotas, frijoles, plátanos, topocho y cambures.
En el corral tenía cochinos y el patio siempre estaba lleno de gallinas. Antes había suficiente comida para criar muchachos, dice con nostalgia don Domingo Uzcátegüi.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
viernes, 30 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.