Por Henry Nadales (*)
12 de febrero de 2007.
Cuando pronunciamos o escuchamos decir a otros la palabra Pedraza inmediatamente nos viene a la mente un pueblo, una ciudad o un territorio que tiene ese nombre; pero no se nos ocurre detenernos a pensar un poco en su real significado. Muchos nos hemos preguntado ¿Cuál es el significado de la palabra Pedraza?. También nos interrogamos sobre el origen de esta palabra. ¿De dónde viene esta palabra?, porque con toda seguridad que ella no es una palabra aborigen, seguramente la trajeron los conquistadores y fundadores de ciudades españolas en territorio americano.
Lo lógico es que al preguntarnos el significado de las palabras busquemos auxilio en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, si es que tenemos la certeza que ella tiene su origen en España. Como sospechamos que la palabra Pedraza tiene su nacimiento allá, procedimos a realizar la búsqueda, pero no la encontramos. No aparece el significado Pedraza en el diccionario de la lengua española. Pero algo debe significar, ninguna sociedad va a convenir la utilización de una palabra sin significado alguno. ¿Qué significa, entonces, Pedraza?. La búsqueda hay que realizarla en otra parte. ¿Dónde buscarla?.
Pienso que la búsqueda hay que hacerla en el propio sitio de los acontecimientos y en la forma de escribir la palabra. Las reglas de la ortografía española establecen que entre otras se debe escribir con la letra z las terminaciones aumentativas azo y aza, como por ejemplo puñetazo o mujeraza. La palabra Pedraza precisamente termina en aza, lo que indica que tiene relación con algo grande o aumentado. En España, desde donde el español fundador muy probablemente trajo la palabra, hay desde hace mucho tiempo, del que no se tiene fecha exacta de su fundación, una villa con el nombre de Pedraza. Hoy es un municipio español agrícola y ganadero con una extraordinaria actividad turística. Esa villa de Pedraza fue construida precisamente sobre una roca, en la superficie de una piedra inmensa.
Ahora bien, teniendo en cuenta la regla ortográfica y la condición de estar ubicada sobre una piedra grande, la ciudad española que probablemente dio origen al nombre con que el capitán español Gonzalo de Piña Ludueña bautizó a la villa de Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza en 1591, es perfectamente lógico concluir que la palabra Pedraza signifique piedra grande.
Esta es una relación aproximada de un ejercicio intelectual que tiene la intención de encontrar el significado de la palabra Pedraza. No tiene el deseo de convertirse en una verdad invariable, estará sometida a la fuerza de los cambios, que produce la búsqueda de la verdad.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
sábado, 31 de enero de 2009
PEDRAZA, EN ESPAÑA
Por Henry Nadales (*)
10 de abril de 2007.
Los de Venezuela no somos los únicos pedraceños del mundo. En otras regiones del globo existen dos pueblos más con el mismo nombre que nuestro municipio. Uno está en Europa y el otro en América; en este escrito se hará referencia al europeo.
El municipio español de Pedraza está ubicado en la provincia de Segovia, en la región de Castilla y León. Es tradicionalmente agrícola y ganadero, pero actualmente su principal actividad económica está relacionada con el turismo.
Pedraza, en España es además el nombre de una villa situada en el piedemonte segoviano, localizada a 37 kilómetros al noreste de Segovia, la capital provincial, y a 80 al norte de Madrid. Posee una población menor a 500 habitantes, que hoy se dedican mayoritariamente a la actividad turística. Pedraza es una romántica villa medieval amurallada, de preciosa arquitectura civil y religiosa; es símbolo de la provincia de Segovia y de España. Tiene un castillo, palacios, plaza mayor porticada, templos, calles estrechas, posadas y restoranes para satisfacer a los que la visitan como turistas.
La villa de Pedraza fue fundada probablemente en el año 1150 de nuestra era, fue repoblada en lo alto de un cerro durante los siglos XI y XII. Desde mediados del siglo XIV fue un dominio señorial, situación que mantuvo hasta comienzos del XIX en que fueron abolidos. Al don Bernardino Fernández de Velasco, Condestable de Castilla y primer duque de Frías, obtener el señorío de Pedraza, mediante una dote matrimonial, Pedraza se convierte en residencia de muchos señores de la poderosa Casa de los Velasco en la última mitad del siglo XV y primera del XVI. Para esa época llegaron ganaderos ricos, ya que su mudanza les otorgaba derecho a que sus ovejas pastaran en los prados pedraceños.
Los siglos XVI y XVII corresponden a los de mayor esplendor de Pedraza, gracias a la afortunada explotación de ovejas y a la existencia de una tupida red de cañadas que facilitó un tráfico ganadero que llegó a controlar tres millones de cabezas. En el siglo XVIII comienza la decadencia, que se acentúa en el XIX como consecuencia de la crisis ganadera. A inicios del siglo XX comienza la despoblación que se agrava por los años cincuenta; causando el abandono de las casas, expuestas a la ruina, que consecuentemente bajaron de precios. Esa situación produjo paradójicamente una reanimación económica, porque esas viejas residencias las compraban inversores turísticos a bajos precios para habilitarlas como restoranes y posadas. Hoy tiene más turistas que ovejas y más posadas que corrales.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
10 de abril de 2007.
Los de Venezuela no somos los únicos pedraceños del mundo. En otras regiones del globo existen dos pueblos más con el mismo nombre que nuestro municipio. Uno está en Europa y el otro en América; en este escrito se hará referencia al europeo.
El municipio español de Pedraza está ubicado en la provincia de Segovia, en la región de Castilla y León. Es tradicionalmente agrícola y ganadero, pero actualmente su principal actividad económica está relacionada con el turismo.
Pedraza, en España es además el nombre de una villa situada en el piedemonte segoviano, localizada a 37 kilómetros al noreste de Segovia, la capital provincial, y a 80 al norte de Madrid. Posee una población menor a 500 habitantes, que hoy se dedican mayoritariamente a la actividad turística. Pedraza es una romántica villa medieval amurallada, de preciosa arquitectura civil y religiosa; es símbolo de la provincia de Segovia y de España. Tiene un castillo, palacios, plaza mayor porticada, templos, calles estrechas, posadas y restoranes para satisfacer a los que la visitan como turistas.
La villa de Pedraza fue fundada probablemente en el año 1150 de nuestra era, fue repoblada en lo alto de un cerro durante los siglos XI y XII. Desde mediados del siglo XIV fue un dominio señorial, situación que mantuvo hasta comienzos del XIX en que fueron abolidos. Al don Bernardino Fernández de Velasco, Condestable de Castilla y primer duque de Frías, obtener el señorío de Pedraza, mediante una dote matrimonial, Pedraza se convierte en residencia de muchos señores de la poderosa Casa de los Velasco en la última mitad del siglo XV y primera del XVI. Para esa época llegaron ganaderos ricos, ya que su mudanza les otorgaba derecho a que sus ovejas pastaran en los prados pedraceños.
Los siglos XVI y XVII corresponden a los de mayor esplendor de Pedraza, gracias a la afortunada explotación de ovejas y a la existencia de una tupida red de cañadas que facilitó un tráfico ganadero que llegó a controlar tres millones de cabezas. En el siglo XVIII comienza la decadencia, que se acentúa en el XIX como consecuencia de la crisis ganadera. A inicios del siglo XX comienza la despoblación que se agrava por los años cincuenta; causando el abandono de las casas, expuestas a la ruina, que consecuentemente bajaron de precios. Esa situación produjo paradójicamente una reanimación económica, porque esas viejas residencias las compraban inversores turísticos a bajos precios para habilitarlas como restoranes y posadas. Hoy tiene más turistas que ovejas y más posadas que corrales.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
PEDRAZA, EN COLOMBIA
Por Henry Nadales (*)
24 de abril de 2007.
Además del municipio Pedraza que hay en España, en la república de Colombia también existe un municipio con el mismo nombre que el nuestro de Barinas. El colombiano está situado en el departamento de Magdalena. Es uno de los veintiún municipios del departamento. Tiene una temperatura media anual de 28 °C. Sus actividades económicas principales son las asociadas a la agricultura, la ganadería y la pesca continental; entre ellas se destaca la ganadería vacuna. También se realiza allí una apreciable explotación forestal. Es el sexto municipio más poblado del departamento de Magdalena y la población municipal era en el año 1993 de 12.669 habitantes. Este departamento colombiano está localizado en el norte del país, en la costa atlántica; limita al norte con el mar Caribe, al oeste con los departamentos de La Guajira y Cesar, al sur con el departamento de Bolívar, y al oeste con los departamentos de Bolívar y Atlántico.
Pedraza, en Colombia, es un pueblo mayoritariamente integrado por campesinos y pescadores del Magdalena, que a pesar de estar a orillas del rico y grandioso río colombiano, los residentes de este municipio viven en una situación que lo hace ser el pueblo más de atrasado y marginal del Magdalena. Es un pequeño poblado que apenas tiene asfaltadas las calles que circunda a la pequeña plaza construida en 1954, en memoria del primer año de gobierno del general Rojas Pinilla, y la que conduce a otros corregimientos.
Pedraza está ubicado a aproximadamente 140 kilómetros a suroeste de Santa Marta, la capital del departamento y a unos 627 de Santa Fe de Bogotá, la capital de república de Colombia. Está a 361 kilómetros a oeste de Maracaibo y a 519 kilómetros al noroeste de Ciudad Bolivia, la capital del municipio barinés del mismo nombre. Esta ubicado en la ribera oriental del más grande de los ríos colombianos.
Pedraza es rico en cuerpos de agua. Sus ciénegas constituyen junto al río Magdalena el potencial económico más importante. Sus pastizales y cultivos sirven de asientos a excelentes desarrollos ganaderos, pero la mayoría de su población tiene serios problemas de orden económico y social. Pedraza tiene en la Alcaldía municipal el principal agente empleador, que junto los a empleos en fincas, pescar, dedicarse a pequeños cultivos o trabajar en lanchas en el río Magdalena constituyen las otras fuentes esporádicas e inciertas de ingresos de la gente.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
24 de abril de 2007.
Además del municipio Pedraza que hay en España, en la república de Colombia también existe un municipio con el mismo nombre que el nuestro de Barinas. El colombiano está situado en el departamento de Magdalena. Es uno de los veintiún municipios del departamento. Tiene una temperatura media anual de 28 °C. Sus actividades económicas principales son las asociadas a la agricultura, la ganadería y la pesca continental; entre ellas se destaca la ganadería vacuna. También se realiza allí una apreciable explotación forestal. Es el sexto municipio más poblado del departamento de Magdalena y la población municipal era en el año 1993 de 12.669 habitantes. Este departamento colombiano está localizado en el norte del país, en la costa atlántica; limita al norte con el mar Caribe, al oeste con los departamentos de La Guajira y Cesar, al sur con el departamento de Bolívar, y al oeste con los departamentos de Bolívar y Atlántico.
Pedraza, en Colombia, es un pueblo mayoritariamente integrado por campesinos y pescadores del Magdalena, que a pesar de estar a orillas del rico y grandioso río colombiano, los residentes de este municipio viven en una situación que lo hace ser el pueblo más de atrasado y marginal del Magdalena. Es un pequeño poblado que apenas tiene asfaltadas las calles que circunda a la pequeña plaza construida en 1954, en memoria del primer año de gobierno del general Rojas Pinilla, y la que conduce a otros corregimientos.
Pedraza está ubicado a aproximadamente 140 kilómetros a suroeste de Santa Marta, la capital del departamento y a unos 627 de Santa Fe de Bogotá, la capital de república de Colombia. Está a 361 kilómetros a oeste de Maracaibo y a 519 kilómetros al noroeste de Ciudad Bolivia, la capital del municipio barinés del mismo nombre. Esta ubicado en la ribera oriental del más grande de los ríos colombianos.
Pedraza es rico en cuerpos de agua. Sus ciénegas constituyen junto al río Magdalena el potencial económico más importante. Sus pastizales y cultivos sirven de asientos a excelentes desarrollos ganaderos, pero la mayoría de su población tiene serios problemas de orden económico y social. Pedraza tiene en la Alcaldía municipal el principal agente empleador, que junto los a empleos en fincas, pescar, dedicarse a pequeños cultivos o trabajar en lanchas en el río Magdalena constituyen las otras fuentes esporádicas e inciertas de ingresos de la gente.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
PETROGLIFOS DE PEDRAZA
Por Henry Nadales (*)
30 de noviembre de 2006.
La palabra petroglifo es una palabra compuesta. Petro significa piedra, y glifo es equivalente a talladura; entonces, la palabra petroglifo quiere decir "piedra grabada". Los Petroglifos son signos grabados en piedra, y estos fueron realizados en épocas prehispánicas.
Las técnicas para la construcción de los glifos sobre las piedras son las siguientes: bajo relieve linear, en la que se excavaban el delineamiento de una figura y sus detalles internos hasta una profundidad de 3 centímetros; bajo relieve planar, que consistía en excavar totalmente la figura sin límite de profundidad; también se utilizaba la de alto relieve linear, en la que se excavaba el área alrededor de la línea que componía la figura; y la técnica de alto relieve planar, en que toda la figura aparece elevada sobre el plano. También se utilizó la técnica de la abrasión, la cual probablemente consistía en el frotamiento con piedras complementadas con el uso de arena y agua. Para su elaboración se empleó la percusión lítica, por medio de cinceles y martillos líticos.
Su elaboración se puede ubicar dentro del período llamado Meso-Indio, que en nuestro país se extendió entre 5.000 y 1.000 años A.C. y probablemente hacia sus etapas más tempranas. La tipología de diseño en los petroglifos tiene figuras: antropomorfas, zoomorfas, geométricas, astronómicas, zooantromorfas, antropogeométricas y zoogeométricas.
Probablemente los petroglifos se realizaron para que sirvieran como demarcadores territoriales, indicadores de cementerios, calendarios leídos según subidas o bajadas de agua de los ríos, guías para los grupos migrantes e indicadores de las mejores zonas de cacería en los pases de montaña y registro de constelaciones.
Al no ser una ciencia exacta, las conjeturas hechas sobre el significado de los petroglifos son muy extensas. Pero en general según el tipo de petroglifo hay una explicación aproximada, y algunas de ellas son las siguientes: Abstractos: representan dioses o constelaciones; geométricos: para marcar territorios, uso en ceremonias religiosas; figurativos o representativos: buena suerte para la caza, búsqueda de la fertilidad femenina; y objetos: plegarias a los dioses para una buena caza o cosecha.
Se han encontrado grabados idénticos en las Islas Canarias, Irlanda, Norte de África, Canadá, Galicia, Creta, países escandinavos, Sudamérica, etc. En Venezuela en varios estados del país se han localizado petroglifos, pero existe una notable presencia de ellos en el piedemonte barinés. En el actual territorio del municipio Pedraza se han registrado en los siguientes lugares: Curbatí, Anime, La Acequia y Canaguá. La mayor parte de los petroglifos localizados están cercanos a cursos fluviales de gran caudal como el río Curbatí o pequeñas quebradas como en el caso de La Puerta.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
30 de noviembre de 2006.
La palabra petroglifo es una palabra compuesta. Petro significa piedra, y glifo es equivalente a talladura; entonces, la palabra petroglifo quiere decir "piedra grabada". Los Petroglifos son signos grabados en piedra, y estos fueron realizados en épocas prehispánicas.
Las técnicas para la construcción de los glifos sobre las piedras son las siguientes: bajo relieve linear, en la que se excavaban el delineamiento de una figura y sus detalles internos hasta una profundidad de 3 centímetros; bajo relieve planar, que consistía en excavar totalmente la figura sin límite de profundidad; también se utilizaba la de alto relieve linear, en la que se excavaba el área alrededor de la línea que componía la figura; y la técnica de alto relieve planar, en que toda la figura aparece elevada sobre el plano. También se utilizó la técnica de la abrasión, la cual probablemente consistía en el frotamiento con piedras complementadas con el uso de arena y agua. Para su elaboración se empleó la percusión lítica, por medio de cinceles y martillos líticos.
Su elaboración se puede ubicar dentro del período llamado Meso-Indio, que en nuestro país se extendió entre 5.000 y 1.000 años A.C. y probablemente hacia sus etapas más tempranas. La tipología de diseño en los petroglifos tiene figuras: antropomorfas, zoomorfas, geométricas, astronómicas, zooantromorfas, antropogeométricas y zoogeométricas.
Probablemente los petroglifos se realizaron para que sirvieran como demarcadores territoriales, indicadores de cementerios, calendarios leídos según subidas o bajadas de agua de los ríos, guías para los grupos migrantes e indicadores de las mejores zonas de cacería en los pases de montaña y registro de constelaciones.
Al no ser una ciencia exacta, las conjeturas hechas sobre el significado de los petroglifos son muy extensas. Pero en general según el tipo de petroglifo hay una explicación aproximada, y algunas de ellas son las siguientes: Abstractos: representan dioses o constelaciones; geométricos: para marcar territorios, uso en ceremonias religiosas; figurativos o representativos: buena suerte para la caza, búsqueda de la fertilidad femenina; y objetos: plegarias a los dioses para una buena caza o cosecha.
Se han encontrado grabados idénticos en las Islas Canarias, Irlanda, Norte de África, Canadá, Galicia, Creta, países escandinavos, Sudamérica, etc. En Venezuela en varios estados del país se han localizado petroglifos, pero existe una notable presencia de ellos en el piedemonte barinés. En el actual territorio del municipio Pedraza se han registrado en los siguientes lugares: Curbatí, Anime, La Acequia y Canaguá. La mayor parte de los petroglifos localizados están cercanos a cursos fluviales de gran caudal como el río Curbatí o pequeñas quebradas como en el caso de La Puerta.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
LA FUNDACIÓN DE PEDRAZA
Por Henry Nadales (*)
08 de mayo de 2007.
En diciembre, muy probablemente el día veinte, de 1591, en el sector conocido hoy como Montañas de Santa Bárbara, el capitán español Gonzalo de Piña Ludueña fundó una villa que bautizó con el nombre de Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza. En esa ocasión el fundador venía con un grupo de personas y también lo acompañaba la orden imperial de fundar un pueblo que estuviera ubicado entre las ciudades de Mérida y Barinas. Venían con personal militar, religioso y seguramente inversionistas con ambiciosos deseos de poseer tierras, disponer de mano de obra barata y obtener ganancias económicas.
Asegura la historiografía que el capitán español vino con la orden gubernamental de fundar un pueblo para que sirviera de lugar de descanso de la larga travesía que significaba viajar entre Barinas y Mérida, y que además permitiera distraer a los belicosos aborígenes que constantemente amenazaban la paz de los residentes de ambas ciudades, lo que perjudicaba la tranquilidad necesaria para la realización del trabajo creador. Admitir esa aseveración es una ingenuidad, los que vinieron para quedarse en la recién fundada villa no venían con esa intención. Traían el bien definido objetivo de despojar de las tierras a sus verdaderos dueños, los aborígenes de la nación Jirajara. No trajeron elementos humanos para emplearlos como trabajadores en las haciendas de cacao y caña de azúcar que establecerían, porque tenían el objetivo de esclavizar a los bravos, dignos, laboriosos y valerosos poseedores de los extensos y fértiles territorios del piedemonte.
Para realizar el despojo de las tierras y esclavizar a la población aborigen era necesario imponer su gobierno mediante la utilización de dos armas muy poderosas: un aparato militar descomunalmente superior a las capacidades defensivas de los nativos y el recurso ideológico, representado por la iglesia católica, muy particularmente por los sacerdotes que vinieron a domesticar con el catecismo a los pobladores originarios. Siempre existió entre los invasores que fundaron a Pedraza la mala intención de abusar, para eso trajeron el elemento militar.
La resistencia fue tan violenta como la ocupación imperial española, fue una respuesta aborigen, digna de un pueblo que defendió sus derechos naturales. Había que destruir la ciudad que servía de asiento a los usurpadores y explotadores. Varias veces intentarlo hacerlo pero sin éxito, hasta que en noviembre de 1616, veinticinco años después de fundada, un ataque jirajara convirtió a la ciudad en cenizas.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
08 de mayo de 2007.
En diciembre, muy probablemente el día veinte, de 1591, en el sector conocido hoy como Montañas de Santa Bárbara, el capitán español Gonzalo de Piña Ludueña fundó una villa que bautizó con el nombre de Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza. En esa ocasión el fundador venía con un grupo de personas y también lo acompañaba la orden imperial de fundar un pueblo que estuviera ubicado entre las ciudades de Mérida y Barinas. Venían con personal militar, religioso y seguramente inversionistas con ambiciosos deseos de poseer tierras, disponer de mano de obra barata y obtener ganancias económicas.
Asegura la historiografía que el capitán español vino con la orden gubernamental de fundar un pueblo para que sirviera de lugar de descanso de la larga travesía que significaba viajar entre Barinas y Mérida, y que además permitiera distraer a los belicosos aborígenes que constantemente amenazaban la paz de los residentes de ambas ciudades, lo que perjudicaba la tranquilidad necesaria para la realización del trabajo creador. Admitir esa aseveración es una ingenuidad, los que vinieron para quedarse en la recién fundada villa no venían con esa intención. Traían el bien definido objetivo de despojar de las tierras a sus verdaderos dueños, los aborígenes de la nación Jirajara. No trajeron elementos humanos para emplearlos como trabajadores en las haciendas de cacao y caña de azúcar que establecerían, porque tenían el objetivo de esclavizar a los bravos, dignos, laboriosos y valerosos poseedores de los extensos y fértiles territorios del piedemonte.
Para realizar el despojo de las tierras y esclavizar a la población aborigen era necesario imponer su gobierno mediante la utilización de dos armas muy poderosas: un aparato militar descomunalmente superior a las capacidades defensivas de los nativos y el recurso ideológico, representado por la iglesia católica, muy particularmente por los sacerdotes que vinieron a domesticar con el catecismo a los pobladores originarios. Siempre existió entre los invasores que fundaron a Pedraza la mala intención de abusar, para eso trajeron el elemento militar.
La resistencia fue tan violenta como la ocupación imperial española, fue una respuesta aborigen, digna de un pueblo que defendió sus derechos naturales. Había que destruir la ciudad que servía de asiento a los usurpadores y explotadores. Varias veces intentarlo hacerlo pero sin éxito, hasta que en noviembre de 1616, veinticinco años después de fundada, un ataque jirajara convirtió a la ciudad en cenizas.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
LA PRIMERA MUDANZA
Por Henry Nadales (*)
26 de diciembre de 2006.
El Día de Todos los Santos, el primero de noviembre del año 1616, Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza fue convertida en cenizas y la mayoría de sus habitantes perdieron la vida en un feroz ataque de los aborígenes Jirajaras. Estaba la ciudad ubicada en el alto Curito, en el sector conocido hoy como Montañas de Santa Bárbara, muy cerca de la actual población de Pedraza La Vieja. Los bravos y dignos pobladores naturales de aquel extenso territorio del piedemonte vendieron cara la explotación, saqueo, abuso, vejación y despojo a que eran sometidos por parte de los ciudadanos que mayoritariamente habitaban en la villa que apenas tenía 25 años de fundada.
Los pocos sobrevivientes de aquel pavoroso ataque que se internaron en la zona boscosa para protegerse de sus atacantes decidieron mudar a la ciudad hacia el noreste, al pequeño valle de Los Mogotes, ubicado a la orilla del río Quíu. Con los que sobrevivieron y gente que vino de las ciudades de Barinas y Mérida fue reedificada Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza, dentro de una fortaleza para protegerla de la acción de los temibles Jirajaras que seguirían defendiendo sus justos derechos naturales. Por esta razón de disponer de una pared de tapias en forma de muralla se le conoció por algún tiempo con el nombre de Fuerte Mene. La reconstrucción de la ciudad ocurrió en los primeros meses del año 1617, seguramente eran unas pocas casas de habitación, el templo para la práctica religiosa y tal vez casi ninguna edificación gubernamental.
Para realizar la primera mudanza de Pedraza es enviado desde Mérida don Diego de Luna Pacheco con dos instrucciones bien precisas: una, trasladar y fundar de nuevo a la ciudad en un lugar más seguro; y la otra, que para darle mayor protección se le construyera una muralla protectora de sus enemigos. La orden de la construcción de esa pared protectora es una declaración de confesión, que hay que tener muy en cuenta porque es el reconocimiento de que los residentes de la ciudad pensaban seguir teniendo conductas desagradables a los aborígenes. Sabían la mayoría los ciudadanos de Pedraza que seguirían portándose mal, que continuarían vejando, abusando, despojando, maltratando, saqueando y explotando a la población aborigen. La construcción de tapias debe considerarse como una confesión de los usurpadores españoles y sus descendientes, de que tenían el objetivo de obtener beneficios económicos con la explotación de los Jirajaras y de sus tierras.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
26 de diciembre de 2006.
El Día de Todos los Santos, el primero de noviembre del año 1616, Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza fue convertida en cenizas y la mayoría de sus habitantes perdieron la vida en un feroz ataque de los aborígenes Jirajaras. Estaba la ciudad ubicada en el alto Curito, en el sector conocido hoy como Montañas de Santa Bárbara, muy cerca de la actual población de Pedraza La Vieja. Los bravos y dignos pobladores naturales de aquel extenso territorio del piedemonte vendieron cara la explotación, saqueo, abuso, vejación y despojo a que eran sometidos por parte de los ciudadanos que mayoritariamente habitaban en la villa que apenas tenía 25 años de fundada.
Los pocos sobrevivientes de aquel pavoroso ataque que se internaron en la zona boscosa para protegerse de sus atacantes decidieron mudar a la ciudad hacia el noreste, al pequeño valle de Los Mogotes, ubicado a la orilla del río Quíu. Con los que sobrevivieron y gente que vino de las ciudades de Barinas y Mérida fue reedificada Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza, dentro de una fortaleza para protegerla de la acción de los temibles Jirajaras que seguirían defendiendo sus justos derechos naturales. Por esta razón de disponer de una pared de tapias en forma de muralla se le conoció por algún tiempo con el nombre de Fuerte Mene. La reconstrucción de la ciudad ocurrió en los primeros meses del año 1617, seguramente eran unas pocas casas de habitación, el templo para la práctica religiosa y tal vez casi ninguna edificación gubernamental.
Para realizar la primera mudanza de Pedraza es enviado desde Mérida don Diego de Luna Pacheco con dos instrucciones bien precisas: una, trasladar y fundar de nuevo a la ciudad en un lugar más seguro; y la otra, que para darle mayor protección se le construyera una muralla protectora de sus enemigos. La orden de la construcción de esa pared protectora es una declaración de confesión, que hay que tener muy en cuenta porque es el reconocimiento de que los residentes de la ciudad pensaban seguir teniendo conductas desagradables a los aborígenes. Sabían la mayoría los ciudadanos de Pedraza que seguirían portándose mal, que continuarían vejando, abusando, despojando, maltratando, saqueando y explotando a la población aborigen. La construcción de tapias debe considerarse como una confesión de los usurpadores españoles y sus descendientes, de que tenían el objetivo de obtener beneficios económicos con la explotación de los Jirajaras y de sus tierras.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
LA SEGUNDA MUDANZA
Por Henry Nadales (*)
22 de mayo de 2007.
Una vez establecida la ciudad de Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza en el valle de Los Mogotes, a orillas del riachuelo que hoy lleva el nombre de Quiu, la ciudad permaneció allí por espacio de treinta años. Los belicosos aborígenes Jirajaras acosaban permanentemente a los moradores de la recién mudada ciudad, por lo que a la misma le fue construida una fortaleza de tapia.
A las tres décadas de existencia del pequeño poblado del Fuerte Mene ocurrió un hecho trascendental: una señora, seguramente la esposa de uno de los inversionistas invasores y explotadores establecidos en Pedraza, maltrató abusivamente a una esclava suya que hacía labores del hogar en su residencia. Es probable que por un error minúsculo, por una pequeña travesura de la joven aborigen, la iracunda esclavista golpeo hasta hacer desfallecer a la muchacha que le hacía servidumbre. La valerosa Quiu se levantó, abandonó secretamente el Fuerte Mene, fue al encuentro de su cacique en el bosque y le dio relación detallada de la acción exageradamente violenta e injusta de la mujer que la esclavizaba y maltrataba. El relato del aquel hecho produjo en el cacique un hondo dolor y una profunda indignación. El jefe aborigen comunicó lo informado a otros caciques que organizaron un poderoso ejército de naturales con la intención de atacar a la ciudad y cobrar venganza por hechos similares acontecidos en contra de la dignidad aborigen.
Los jefes aborígenes dieron instrucciones precisas a la joven Quiu: vuelve a la ciudad, entra secretamente al Fuerte, ofrece disculpas a la que cree que es tu dueña, pero deja la puerta de la fortaleza abierta para penetrar al recinto de los explotadores. Eso ocurrió en el año 1647. El ataque se produjo, y casi todas las construcciones fueron destruidas por el fuego y todos los que se encontraban allí murieron en la acción sorpresiva. Sobrevivieron sólo los que estaban fuera de la muralla.
Los pocos sobrevivientes deambularon por espacio de más de dos años por la zona boscosa, huyendo de la persecución de sus atacantes. En el año 1649 el capitán Hernando de Garrido reúne a los pedraceños esparcidos en el bosque y los lleva hasta la ribera oriental del río Ticoporo para reconstruir la ciudad, constituyendo esta la segunda mudanza de Pedraza. Allí la ciudad adoptó un largo nombre: Nuestra Señora de Altagracia Ticoporo de Pedraza.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
22 de mayo de 2007.
Una vez establecida la ciudad de Nuestra Señora de Altagracia de Pedraza en el valle de Los Mogotes, a orillas del riachuelo que hoy lleva el nombre de Quiu, la ciudad permaneció allí por espacio de treinta años. Los belicosos aborígenes Jirajaras acosaban permanentemente a los moradores de la recién mudada ciudad, por lo que a la misma le fue construida una fortaleza de tapia.
A las tres décadas de existencia del pequeño poblado del Fuerte Mene ocurrió un hecho trascendental: una señora, seguramente la esposa de uno de los inversionistas invasores y explotadores establecidos en Pedraza, maltrató abusivamente a una esclava suya que hacía labores del hogar en su residencia. Es probable que por un error minúsculo, por una pequeña travesura de la joven aborigen, la iracunda esclavista golpeo hasta hacer desfallecer a la muchacha que le hacía servidumbre. La valerosa Quiu se levantó, abandonó secretamente el Fuerte Mene, fue al encuentro de su cacique en el bosque y le dio relación detallada de la acción exageradamente violenta e injusta de la mujer que la esclavizaba y maltrataba. El relato del aquel hecho produjo en el cacique un hondo dolor y una profunda indignación. El jefe aborigen comunicó lo informado a otros caciques que organizaron un poderoso ejército de naturales con la intención de atacar a la ciudad y cobrar venganza por hechos similares acontecidos en contra de la dignidad aborigen.
Los jefes aborígenes dieron instrucciones precisas a la joven Quiu: vuelve a la ciudad, entra secretamente al Fuerte, ofrece disculpas a la que cree que es tu dueña, pero deja la puerta de la fortaleza abierta para penetrar al recinto de los explotadores. Eso ocurrió en el año 1647. El ataque se produjo, y casi todas las construcciones fueron destruidas por el fuego y todos los que se encontraban allí murieron en la acción sorpresiva. Sobrevivieron sólo los que estaban fuera de la muralla.
Los pocos sobrevivientes deambularon por espacio de más de dos años por la zona boscosa, huyendo de la persecución de sus atacantes. En el año 1649 el capitán Hernando de Garrido reúne a los pedraceños esparcidos en el bosque y los lleva hasta la ribera oriental del río Ticoporo para reconstruir la ciudad, constituyendo esta la segunda mudanza de Pedraza. Allí la ciudad adoptó un largo nombre: Nuestra Señora de Altagracia Ticoporo de Pedraza.
(*) Cronista oficial del municipio Pedraza.
Estado Barinas.
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